Compartir las fiestas con los lugareños es la mejor forma de conocer cualquier lugar donde uno se encuentre. Allí están todos y cada uno, sin caretas tal como son, y nosotros también, con las caras blanqueadas por la harina nos disponíamos a empezar a conocer y conocernos.
Las primeras artesanías, un poco de macramé, algo de tejido al crochet, las adorables cholitas y un pañito chiquito que nos animaba a pensar que sí se podía viajar y trabajar.
La banda artesana de Humahuaca, los primeros compas, los primeros consejos, y los primeros amigos del viaje
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